Análisis de nutrición

Un análisis del suelo y del tejido foliar proporciona información acerca de cualquier desequilibrio nutricional en el cultivo de brassicas. Allí donde encontramos un exceso de potasio, magnesio o de calcio, puede existir un antagonismo con otros cationes, y su absorción se ve reducida.

Las relaciones entre los macronutrientes nitrógeno, potasio, fósforo y magnesio se ven en esta tabla. Un análisis del tejido confirmará las carencias visibles y podrán revelar carencias escondidas donde aún no se hayan manifestado en manera visible. El tipo, cómo y cuándo se toman las muestras de tejido para ser analizadas varía según la práctica local.

En plantas jóvenes, se toman hojas enteras de la misma edad fisiológica como muestra. Para plantas en medio ciclo, las muestras son normalmente las hojas superiores. Una vez formada la cabeza, las hojas de “empaque” o las cabezas mismas pueden analizarse. Es particularmente importante tener en cuenta las partes diferentes de las plantas en cuestión.

Aproximadamente un 50% del nitrógeno en las hojas de la Col de Bruselas se recicla a los botones en desarrollo. Una aplicación al inicio de la formación de los botones podrá ayudar en mantener los botones de un buen color verde. Las brassicas tienen moderada tolerancia a salinidad. No obstante, aplicaciones bien programadas y divididas de nitrógeno asegurarán que no se perjudica el desarrollo y que se maximiza la producción.

Las brassicas responden bien a nitrógeno aplicado en estudios de campo, el suministro suele ser demasiado bajo para confirmar las demandas pico de nutrientes con exactitud.

La absorción total de un cultivo de brassicas está entre los 200 a 400 kg N/ha. No obstante, con tasas de aplicación de hasta 600 kg/ha la respuesta es positiva sin pérdida de calidad en coliflor y brócoli. En estos cultivos, el nitrógeno determina el equilibrio entre desarrollo vegetativo y generativo.

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